Entre la estrella la sombra
Publicado en Guadalmesí núm. 24 octubre 2003
A los amigos de entonces, de siempre...Exprimimos la luz en nuestras copas.
Bebimos sol bajo el azul inmenso,
cantamos bajo las estrellas coplas
de grumete ebrio de luz y de viento.
Doradas brotaron de nuestras bocas
quejas al aire, jirones de versos
con la voz clara y las limpias estrofas
de nuestros poetas mayores, aquellos
que abrieron celdas a claveles presos
e incendiaron la escarcha con la voz
de la calle y de los valientes pechos.
Bebimos su oro y el verso de amor,
futuro ideamos soñando despiertos,
urdimos poemas contra el dictador.
Juntamos flores del mar con luceros,
ramos nocturnos, ardientes e inquietos.
Bebíamos, hasta la hora en que el sol salía de nuevo,
el anís de viejas coplas en vasos de café negro,
hasta que una luna loca mostrara sus dulces pechos
y en murmullo, a flor de boca, sus leyes de oro y de fuego.
Al clarear que al nardo asombra con los jazmines en celo,
borrachos de nácar y olas en juveniles reflejos,
arrancamos a la aurora espumas de encrespado verso
desde el temblor de la rosa y del clavel entreabierto
a la inocencia que implora verdad, libertad y besos.
Los poemas como caballos y como yeguas las coplas
en alas de cantautores, poesía de boca en boca,
flores de nocturnos ramos, voz que a la amistad convoca.
Calendario de idealismo en madrugada sonora
y en coros del libre canto entre la estrella y la sombra
Juglares de la alborada, ebrios de vino y de rosas:
se esfumaron los cantares, se los llevó la resaca.
Mirad como el mar galopa y tenaz aún proclama
el valor de su coraje a la indiferente roca,
que a su oído bate y canta la espuma que le provoca.
Enero, 2004